Investigadores de la Universidad de Michigan han desarrollado un software, llamado “Brain Twister”, que es capaz de hacernos más inteligentes. En concreto, sus creadores sostienen que su desarrollo mejora nuestra “inteligencia fluida”, o sea, nuestra habilidad para razonar rápidamente y resolver problemas a los que no nos habíamos enfrentado con anterioridad. Esto demuestra que la “inteligencia fluida” no es inmutable, como se creía hasta ahora. En los test llevados a cabo, quienes participaron fueron capaces de mejorar en pruebas de cociente intelectual un 40% después de entrenar con “Brain Twister” durante 19 días a razón de 25 minutos por día. Por el momento, no está prevista su comercialización, ni se puede descargar de Internet. Por Raúl Morales.
“Lo más importante de este trabajo es que podemos demostrar que es posible mejorar la inteligencia fluida”, comenta Martin Buschkuehl, que es el responsable de esta investigación, llevada a cabo en la Universidad de Michigan, en declaraciones recogidas por la revista Wired. “Se asumía que la inteligencia fluida era inmutable”
Para demostrar esto, Buschkuehl y su equipo han desarrollado un software al que han llamado “Brain Twister”. Éste es una adaptación compleja del llamado “n-back task”, un test bastante complicado de memoria visual.
En la versión más sencilla del “n-back task”, una secuencia de imágenes es presentada unos pocos segundos y se pide a los participantes que casen un dibujo con otro idéntico que se presentado previamente.
El desarrollo de Buschkuehl es más complejo, ya que los participantes oían, al mismo tiempo que aparecían los dibujos, una serie de letras, de tal manera que tenían que casar los sonidos a la vez que las imágenes. Esto hacía la tarea muy aleatoria.
La inteligencia fluida mide cómo la gente se adapta a nuevas situaciones y resuelve problemas a los que no se había enfrentado con anterioridad. La inteligencia fluida difiere de la “cristalizada”, que tiene en cuenta conocimientos y destrezas que habíamos adquirido, como vocabulario, gramática o matemáticas.
Es sabido que es posible mejorar el cociente intelectual haciendo muchos test que miden dicho cociente. Sin embargo, aprender a hacer estos test no significa que podamos mejorar nuestra inteligencia. En términos prácticos, la gente puede ser muy buena haciendo test, pero en la vida diaria eso no se traduce en tener un nuevo y brillante cerebro.
Es en este punto donde el software y la investigación de Buschkuehl, recogida en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), es totalmente novedosa.
En la prueba limitada de “Brain Twister”, él y su equipo fueron capaces de que 34 sujetos mejoraran las respuestas de un test de conciente intelectual después de entrenarles en tareas de memoria totalmente separadas (sonidos e imágenes). En este caso, y yendo en contra precisamente de la asunción de que la “memoria fluida” no cambia por mucho que se la entrene, los sujetos que practicaron con el software mejoraron sus resultados en un test de cociente intelectual llamado Bochumer Matrizen-Test.
Inicialmente, los sujetos que participaron en la investigación hacían una media de 10 preguntas correctas. Después de entrenarse con el software desarrollado por Buschkuehl y su equipo durante 19 días a razón de 25 minutos al día, su porcentaje subió a 14,7, es decir, una mejora de más del 40%.
Cuanto más entrenamiento, mejor
El equipo de investigación postula que el “n-back task”, sobre el que han basado su software, mejora la memoria de trabajo (estructuras y procesos usados para el almacenamiento temporal y la manipulación de la información en nuestro cerebro), así como la habilidad para controlar la atención del cerebro. En los test de inteligencia fluida se necesitan ambos tipos de pensamientos, y el entrenamiento lo que hace es, precisamente, mejorarlos.
Los investigadores de la Universidad de Michigan están ahora trabajando en estudiar los efectos a largo plazo del entrenamiento. Además, trabajan en ampliar la cantidad de entrenamiento de los usuarios que lo están experimentando. En el artículo aparecido en el PNAS, no encontraron un límite para esa mejora, sugiriendo que cuanto más entrenamiento con el software, más mejora de la “memoria fluida” se consigue.
“Cuanto más entrenamiento, más se mejora la “memoria fluida”, comenta Susanne Jäggi, que también ha participado en esta investigación, en un comunicado de la Universidad de Michigan.