Tomado de BBC mundo.
La placenta actúa como un parásito para evitar el ataque del sistema inmunológico de la madre, según descubrió un equipo de investigadores de la Universidad de Reading, en el Reino Unido.
Los científicos descubrieron que la placenta utiliza un sistema de camuflaje similar al que usan ciertos parásitos, como los gusanos, para evitar ser rechazados por el huésped en el que habitan.
Los investigadores esperan que este hallazgo permita conocer las causas de algunos abortos naturales o de la pre-eclampsia (toxemia), una complicación del embarazo que puede poner en peligro la vida del feto y de la madre.
Los científicos afirman que, si se pudiese llegase a reproducir este método de camuflaje para evitar el rechazo inmunológico, se podrían curar enfermedades como la artritis.
La placenta juega un papel fundamental durante el embarazo, ya que actúa como vínculo entre la madre y el feto, al que proporciona nutrientes esenciales.
Pero, como la placenta y el feto tienen un código genético diferente al de la madre, en teoría corren el riesgo de ser atacados por el sistema inmunológico de ésta.
Los investigadores ya sabían que la placenta segrega una proteína -neurokinina B (NKB)- que se encuentra en niveles elevados en las madres que sufren de pre-eclampsia.
Los científicos descubrieron que la placenta utiliza un sistema de camuflaje similar al que usan ciertos parásitos, como los gusanos, para evitar ser rechazados por el huésped en el que habitan.
Los investigadores esperan que este hallazgo permita conocer las causas de algunos abortos naturales o de la pre-eclampsia (toxemia), una complicación del embarazo que puede poner en peligro la vida del feto y de la madre.
Los científicos afirman que, si se pudiese llegase a reproducir este método de camuflaje para evitar el rechazo inmunológico, se podrían curar enfermedades como la artritis.
La placenta juega un papel fundamental durante el embarazo, ya que actúa como vínculo entre la madre y el feto, al que proporciona nutrientes esenciales.
Pero, como la placenta y el feto tienen un código genético diferente al de la madre, en teoría corren el riesgo de ser atacados por el sistema inmunológico de ésta.
Los investigadores ya sabían que la placenta segrega una proteína -neurokinina B (NKB)- que se encuentra en niveles elevados en las madres que sufren de pre-eclampsia.
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